Bendito sea Dios, Qué oyó la Voz de mis Ruegos.
Oh Dios Te amo, oh Señor Dios, fortaleza mía. Dios roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Dios, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos. Me rodearon ligaduras de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
Ligaduras del Seol me rodearon, Me tendieron lazos de muerte. En mi angustia invoqué a Dios, Y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos. Y me Ayudaste. La tierra fue conmovida y tembló; Se conmovieron los cimientos de los montes, Y se estremecieron, porque se indignó él. (Salmo Capítulo 18: vean 1 al 7,).
Bendito sea Dios, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra; Misericordia mía y mi castillo, Fortaleza mía, mi baluarte y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; Él Señor Dios es el que sujeta a mi pueblo debajo de mí. (Salmo Capítulo 144: vean 1 al 2,).
Bendito sea Dios, Qué oyó la voz de mis ruegos. Él Señor Dios es mi fortaleza y mi escudo; En Él Señor Jesús confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré. Él Señor Dios es la fortaleza de su pueblo, Y el refugio salvador de su ungido. Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; Y pastoréales y susténtales para siempre. (Salmo Capítulo 28: vean 6 al 9,).
Dios dice; Escuchad mi Voz y te salvaras; No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi Justicia. (Isaías Capítulo 41: vean 10,).
Por tanto Amigo y amiga; ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que Justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo Jesús es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo Jesús? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti Señor Jesús, somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Amen… (Romanos Capítulo 8: vean 31 al 39,)
Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo Jesús. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor Rey de reyes, y por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo Jesús, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo Jesús, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Amen (Filipenses Capítulo 3: vean 7 al 14,)
Así Habló David a Él Señor Dios las palabras de este cántico, el día que Dios le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Dijo: Él Señor Dios es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste. Invocaré a Él Señor Dios, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mi enemigos. (2da. De Samuel Capítulo 22: 1 al 4,)
Palabra Clave; Él Nombre del Señor Dios es torre fuerte; A Él correrá el Justo, y será levantado y está a salvo. (Proverbios Capítulo 18:10,)
Palabra de Ayuda; No desmayes y No tengas miedo Ven y Sigueme, Cristo Jesús es Él Camino la Verdad y la vida.
Iglesia Ayuda Espiritual Grandeza de Dios.
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Gracias a Dios.
España 18 de Noviembre 2011
Atentamente.
Pablo Jose Romon Pacheco y Carolina de Romon
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